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Historias de usuarios: entrevista con Douglas Dieterich

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Antes de las pruebas mediante VCTE™ y CAP™, la única opción diagnóstica real para evaluar a los pacientes con el virus de la hepatitis C era la biopsia, e incluso entonces no siempre podíamos detectar casos límite. Ya casi no hacemos biopsias, excepto en raros casos de dilema diagnóstico.

Douglas Dieterich| médico y profesor de medicina en la unidad de hepatología del centro Mount Sinai Health System de Nueva York

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Nuestro objetivo es proporcionar tratamientos hepáticos de la mayor calidad en todo el Mount Sinai System y FibroScan® es una parte integral de nuestra estrategia.
FibroScan® ha mejorado drásticamente nuestra forma de trabajar. Ha tenido una repercusión importante en el tratamiento global y a largo plazo de nuestros pacientes. Es una oportunidad que nos permite hacer recomendaciones en términos de pronóstico y de pruebas de diagnóstico. También es una excelente forma de alentar de inmediato a los pacientes. Podemos decirles «su hígado tiene buen aspecto» y darles una copia impresa para que la devuelvan a su médico de atención primaria. No tenemos que esperar tres días para que lleguen los análisis de sangre y se hagan una idea del estado de su hígado.

Usamos FibroScan® para todo paciente que tenga una enfermedad hepática. Una vez dispones de un FibroScan®, empiezas a pensar en cada vez más formas de utilizarlo.
FibroScan® es increíblemente rápido y útil. Minutos después de entrar en la sala de exploración, conocemos el estado de la enfermedad hepática del paciente: conocemos mejor la fibrosis y la cantidad de grasa presente en el hígado.

Antes de las pruebas mediante VCTE™ y CAP™, la única opción diagnóstica real para evaluar a los pacientes con el virus de la hepatitis C era la biopsia, e incluso entonces no siempre podíamos detectar casos límite. Ya casi no hacemos biopsias, excepto en raros casos de dilema diagnóstico.

Sí. Cada vez se diagnostican más hígados enfermos entre los baby boomers. Por eso, se ha vuelto muy importante conocer el grado de fibrosis. Incluso con fibrosis de grado 3, los pacientes pueden estar en riesgo de sufrir cáncer de hígado. Por ello, estamos empezando a hacer pruebas de VHC a pacientes de la unidad de diabetes.
La detección precoz es fundamental, pero hemos comprobado que las pruebas de diagnóstico de VHC y EHGNA en los centros de atención primaria no son adecuadas. Estamos aprovechando la disponibilidad de la tecnología FibroScan® para fomentar el diagnóstico de enfermedades hepáticas. Estamos introduciendo una unidad portátil en la unidad de diabetes y acabamos de iniciar un programa para evaluar a todos los pacientes de la clínica de obesidad utilizando FibroScan®.

Además de la cuantificación de la rigidez hepática mediante VCTE™, creemos que también es importante hacer un seguimiento del CAP™. La puntuación es un marcador indirecto de la cantidad de grasa presente en el hígado. Hemos aprendido que los pacientes que se curan de la hepatitis C presentan reducciones drásticas de la fibrosis, evaluada mediante VCTE™. Sin embargo, las personas que también padecen esteatosis hepática a menudo no mejoran ni siquiera después de una respuesta viral.

La posibilidad hacer un seguimiento de las mediciones de VCTE™ y CAP™ nos permite, como centro, seguir atendiendo a nuestros pacientes durante todo su tratamiento hepático. Para un médico de atención primaria es difícil entender y controlar el hígado graso. Y hoy el hígado graso está contribuyendo a la cirrosis y al cáncer de hígado más que la hepatitis.
Incluso en la primera visita de un paciente… si vemos un CAP™ superior a 300, sabemos que probablemente tengamos que hacerle un seguimiento de por vida. El primer paso es un programa de dieta y ejercicio para la diabetes.
Luego, tratamos y curamos la infección por el VHC en estos pacientes, pero el hígado graso parece evitar la resolución de la fibrosis medida con FibroScan®.

Actualmente, nuestros servicios de hepatología están creciendo a medida que se expande nuestro centro. Creemos que es imprescindible tener FibroScan® en todas nuestras clínicas. Hemos comprado varias unidades portátiles, del tamaño de una maleta de mano, que nuestro personal puede transportar a las clínicas periféricas. Estos dispositivos han demostrado ser increíblemente útiles. A los pacientes les sigue gustando acudir a clínicas diferentes, por lo que, si podemos llevar al especialista en hígado a las consultas de diabetes y de obesidad, observamos una mayor fidelidad por parte de los pacientes. Eso es algo que aprendimos del mundo del VIH.